Así lo defiende un informe elaborado por profesores de la UBU y el PCAL, que sitúa en 48 millones al año la repercusión económica de los estudios a partir del décimo año de existencia
Según el avance del informe, en Castilla y León harán falta 4.000 médicos en los próximos 10 años.
Lo han pedido el Consejo de Gobierno de la UBU, el Pleno del Ayuntamiento, el de la Diputación, la Federación de Asociaciones Empresariales (FAE), el Colegio Oficial de Médicos, el de Farmacéuticos y el Sindicato de Enfermería. Y los que no lo han pedido, lo han apoyado.
La creación de una tercera Facultad de Medicina en Burgos no es una simple petición académica. «Trasciende su impacto en el sistema académico y se convierte en un factor capaz de generar riqueza». Así lo sostienen en el seno del Partido de Castilla y León (PCAL) y lo quieren demostrar con el estudio encargado a varios profesores de la UBU, y apadrinado por el Partido castellanista, que será presentado en las próximas semanas y a cuyo avance ha tenido acceso este periódico.
Para elaborar el informe, los redactores han tomado datos reales de tres facultades implantadas en ciudades de un tamaño similar a Burgos. Se han documentado a través de los colegios profesionales y han aceptado los datos oficiales ofrecidos sobre las carestías de capital humano en la sanidad que dan las propias administraciones. Según esos datos, «harán falta 4.000 médicos, especialmente de Familia y Pediatría, para cubrir las necesidades de Castilla y León en los próximos diez años», lo que obligaría a promocionar «200 estudiantes de Medicina más cada año».
Los decanos de las facultades de Valladolid y Salamanca «han reconocido que están muy saturadas» y por cada plaza ofertada para estudiar Medicina en Castilla y León «hay 15 solicitudes que se quedan sin acceso». Casi 1.000 plazas anuales de médico interno residente se cubren en España cada año con médicos extranjeros y se calcula que «10.000 de ellos ejercen sin el título homologado». Además, Medicina es la carrera más demandada por los burgaleses que se van a estudiar fuera, es una carrera casi sin paro y Burgos contará con un nuevo hospital que «reúne las condiciones óptimas» para ser universitario. Hasta ahí los argumentos.
REVERSIÓN ECONÓMICA. «Pretendemos demostrar, y así lo indica el avance, que la Facultad de Medicina no sólo daría un fuerte impulso a la Universidad, sino que mejoraría sensiblemente la atención sanitaria y generaría un tejido industrial nuevo en torno a la biomedicina muy importante para el futuro Parque Tecnológico. Y además tendría una enorme trascendencia económica para la provincia», defiende Luis Marcos, secretario de Organización del PCAL, que quiere incluir esta demanda en su programa electoral.
A plena capacidad, la Facultad rondaría los 1.000 estudiantes, de los que al menos 600 sería de fuera de Burgos. Serían necesarios 50 profesores y 25 empleados de tipo administrativo.
Su implantación, siempre según el avance del estudio, atraería a 400 médicos a Burgos y se desarrollarían «al menos dos centros o institutos de investigación biomédica, que requerirían de 2,5 millones anuales para funcionar», asociados. Así, el impacto económico directo alcanzaría los «24 millones de euros anuales a partir del décimo año de funcionamiento», a los que habría que sumar un impacto indirecto equivalente (otros 24). En este caso el dinero se movería incrementando un 12% el alumnado de la UBU y por el desarrollo de una industria paralela que, en el caso de la industria Farmacéutica, «representa el 5% de todas las exportaciones anuales y el 20% de toda la I+D+i de nuestro país».
También evitaría la fuga de profesionales del sector, incidiría en el desarrollo de congresos y reuniones sectoriales y serviría de lanzadera para crear un Área de Ciencias de la Salud que amplíe Enfermería y atraiga a Farmacia y Fisioterapia. Ya en el avance se han valorado, y cuantificado capítulo por capítulo, los retornos económicos de esta Facultad, pero serán los autores quienes diseccionen este razonamiento cuando presenten sus conclusiones.
OTROS IMPACTOS. No obstante, señalan unos y otros, «esta no es una cuestión meramente económica». «Tener más médicos, mejor formados y más satisfechos también repercute en la mejora de la atención sanitaria. Y ofrecer una titulación de este prestigio elevaría tanto potencial de la Universidad como su imagen a nivel nacional», concluye Marcos.
En los últimos dos años se han creado en España 11 nuevas facultades de Medicina. Ninguna de ellas en Castilla y León.
(Fuente: A.M. Diario de Burgos).
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