A los numerosos argumentos que ofrecieron para sostener la convocatoria se sumaron críticas de marcado carácter político y achacaron «actitudes dictatoriales» y «represión policial» a Aparicio y sus concejales más próximos
La movilización concluyó con la lectura del manifiesto en la Plaza Mayor, a las 21 horas de ayer.
Medio millar de personas se sumó ayer a la convocatoria de la manifestación en contra de la actuación prevista en el parque de La Isla, movilización a la que habían llamado la Plataforma ciudadana creada por el motivo en cuestión y Ecologistas en Acción y a la que se habían sumado diversos partidos y colectivos.
El grupo partió a las 20.15 de los emblemáticos arcos de Castilfalé del histórico parque con una pancarta de cabecera en la que se leía el lema de la manifestación (‘No nos toquéis La Isla’) y que sujetaban miembros de la Plataforma (como Paloma Fernández Villa o Carmen Santos de Quevedo), el candidato socialista Luis Escribano, el ¿candidato? de Izquierda unida Manuel Ortega, el coordinador provincial de UPyD, Juan José Ruiz Salcedo, el presidente de CiBu, Lesmes Peña, el secretario provincial del PCAL, Domingo Hernández, y el portavoz de Ecologistas en Acción Luis Oviedo.
De allí emanaban las consignas ‘al pareado’ (‘Partido Popular, La Isla no tocar’, ‘Lacalle y Aparicio, no más estropicios’ o ‘No gastéis lo que no tenéis’) con las que algunos manifestantes no dudaron en hacer versiones alternativas algo menos protocolarias.
La comitiva se detuvo en la Plaza Mayor a las 21 horas y allí se leyó un manifiesto en el que no sólo se criticó la obra prevista en La Isla, sino que se incorporaron acusaciones contra el equipo de Gobierno del PP que trascendían el lema de la convocatoria y hacían una valoración de lo que, se desprende del manifiesto, consideran una política de sordos que omite la opinión de la participación ciudadana.
El manifiesto
«Nos vemos obligados a ejercer nuestro derecho fundamental de manifestación para recordar al equipo de Gobierno que, en su labor de servicio a la ciudadanía, está en la obligación de atender nuestras justas demandas. Volvemos a exigir la paralización inmediata del mal llamado proyecto de rehabilitación y acondicionamiento del Parque de La Isla debido al enorme rechazo social que ha generado», rezaba la primera parte del texto.
Acto seguido se enumeraron los argumentos que les empujan a movilizarse, entre los que destacan que el proyecto «supondría una alteración profunda de la armonía y esencia del lugar», que es «desproporcionado e innecesario», que se «han observado irregularidades en el proceso de planificación» y que «existe una clara predominancia del hormigón». En este sentido, reincidieron en que solo 136.000 euros de los 3,8 millones que costará la obra «se destinan a conservar y ampliar los valores botánicos y ambientales».
Asimismo, condenaron los «once gaviones, dos miradores, dos rampas y cinco muelles proyectados a lo largo del recorrido fluvial» y defienden que «se ha ignorado la reglamentación para la protección del patrimonio histórico y cultural», con especial referencia al Camino de Santiago y al Puente de Malatos. Por último, acusaron a la «dejadez y desidia consentida e intencionada» del equipo de Gobierno el estado de deterioro que presenta actualmente La Isla. Y es que si en algo están de acuerdo unos y otros, es en que el parque no luce como debiera.
A partir de ahí, se dejó de hablar de La Isla y se entró en otra materia de mayor rango: una enmienda muy crítica a la totalidad en lo que a la política de participación ciudadana y sostenibilidad de este equipo de Gobierno se refiere.
Hasta de Eladio Perlado
Así, en la segunda parte del manifiesto, el Ejecutivo de Aparicio ‘recibió’ por «el deficiente mantenimiento de los parques emblemáticos de la ciudad», «la faraónica y carísima obra del bulevar», «los conatos de privatización del servicio de Autobuses», «la sumisión a intereses económicos especulativos que atentan contra la titularidad y uso público del suelo» y, «en general, el ninguneo sistemático de las reclamaciones vecinales».
Es en este punto cuando se lanzó la crítica más ácida (si está contextualizada o no es juicio del lector) al alcalde y sus colaboradores más cercanos, a los que achacaron «comportamientos altaneros, desafiantes y hasta dictatoriales en algunos casos, que han llegado incluso a la represión policial y el uso de la violencia, como bien saben los vecinos y vecinas de Eladio Perlado, Virgen del Manzano o Plaza Vega». Esas palabras estaban dirigidas «al alcalde y a las distintas concejalías, con mención especial a las de Hacienda y Urbanismo, presididas por los señores Ibáñez y Lacalle».
Terminaron llamando a los ediles a «tener un comportamiento propio de un consistorio que aspira a ostentar en 2016 la Capitalidad Europea de la Cultura» y a los manifestantes a «estar atentos por si tenemos que volver a convocar nuevas movilizaciones».
Juan Carlos Aparicio, alcalde de Burgos
«Ciertos grupos necesitan banderas y se apuntan a la manifestación»
Horas antes de que se iniciara la manifestación, el propio alcalde, Juan Carlos Aparicio, se refirió a la convocatoria considerando que «las personas que han conocido el proyecto saben que estamos haciendo una labor de mantenimiento o reparando lesiones que este parque ha tenido por el abandono y falta de interés de muchas corporaciones», y dató «la última obra significativa en los años 70. Además, volvió a defender el proyecto por considerar que no desvirtuarán el carácter del parque, que «necesita cariño y atención», y aseguró que las obras serán respetuosas con la esencia del mismo. Con respecto a los convocantes, señaló que «ciertos grupos necesitan banderas o se apuntan a cualquier manifestación, pero están en su perfecto derecho de hacerlo», pero, continuó, «quiero que los burgaleses sepan que el paseo de La Isla seguirá manteniendo su fisionomía y su carácter».
(Fuente: Á.M./ Diario de Burgos)
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