La iniciativa está promovida por Bodegas y Viñedos del Linaje de Garsea, propiedad de los hermanos García Agudo que regentan el Hostal El Ventorro, a la que el Ayuntamiento castellanista ha permutado la propiedad de las históricas cavas.
El Ayuntamiento de Caleruega, gobernado por el PCAL, va a ver cumplido su sueño de poner en valor las viejas bodegas de origen medieval enclavadas en el Coto de la Quiñonera, que se atribuyen a Alfonso VIII y que podrían ser las más antiguas de la Ribera del Duero, aunque eso sí, va a tener que ser gracias a la iniciativa privada ya que las arcas municipales no disponen de fondos para afrontar este reto.
Bodegas y Viñedos del Linaje de Garsea, propiedad de los siete hermanos García Agudo que regentan el Hostal El Ventorro, de Castrillo de la Vega, va a desarrollar en este privilegiado enclave un atractivo proyecto enoturístico con este valioso patrimonio como eje central.
La sociedad, según explica Ángel García, uno de los promotores, ya venía trabajando en esta iniciativa desde mucho antes de que el pasado mes de agosto apareciera la segunda bodega, excavada en roca pura, y que despertó gran interés mediático. «El turismo nos gusta muchísimo, recorremos toda la zona y nos enamoramos de estos pueblos abandonados. El despoblado de San Martín de Bañuelos tenía mucho documento medieval y tomamos la decisión de ir pactando cosas. Luego salió la bodega antigua y fue otro acicate», relata.
Adquirieron 13 hectáreas de terreno en el término municipal y se las han permutado al Ayuntamiento por una superficie similar, y de un valor bastante inferior, en el Coto de la Quiñonera, incluyendo la propiedad de las dos cavas medievales, aunque el Consistorio calerogano podrá seguir haciendo uso y disfrute de ellas.
Además de restaurar las galerías subterráneas, la intención que tienen es construir una pequeña bodega de elaboración enfocada principalmente al turismo, en la zona que ocupó el jardín de la antigua quinta abandonada en los años 40, un área donde los sondeos arqueológicos no han sacado a la luz ningún vestigio. Un edificio que estará totalmente integrado en el entorno y se alimentará de energías alternativas. «Si nosotros movemos unos 15.000 turistas al año, pues 15.000 personas que deben visitar una bodega. Y puesto que hacemos un vino que está bastante bien, era una razón más para lanzarnos», argumenta Ángel.
Vinculado con esta parte del proyecto, la bodega va a plantar con carácter experimental 3,5 hectáreas de viñedo en la zona, con la selección clonal de Tinto del País realizada por la Junta, para ver cómo se adapta «porque -informa Ángel- aquí tenemos dos grados menos de temperatura».
La antigua quinta se reconstruirá respetando el trazado original como edificio social, y en el mismo se van a emplazar sendos centros de interpretación, uno sobre la historia del poblado de Bañuelos de la Calzada, citado ya en 978 en el Cartulario de Covarrubias, hasta su abandono, y otro en torno al cultivo del viñedo en la zona. «Siempre se habla del viñedo de Valladolid o de la zona burgalesa de Roa hacia el oeste. Y aquí hay un potencial enorme, en todo lo que es el Bañuelos, los tres despoblados y Baños, desde tiempos inmemoriales, dando una uva de gran calidad y además documentado cosa que en otros sitios no», justifica.
(Fuente: modificado.J.C.O/ Diario de Burgos)
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