El medio rural castellano está sometido a un proceso de exterminio que cuestiona su supervivencia a corto plazo, amenazado por la crisis agropecuaria, el envejecimiento, la despoblación y el deterioro en la prestación de los servicios públicos.
La comarcalización, se constituye en un instrumento democratizador, capaz de generar la ilusión, los recursos públicos y la actividad socio-económica necesaria para dotar a Castilla de un medio rural vivo. Las comarcas se definen como un ámbito, razonable y eficiente, para la práctica del principio de subsidiariedad, y para la aplicación de políticas de desarrollo generadas por el propio tejido social rural.
Los nacionalistas castellanos hacemos una opción, clara y preferente por el campo castellano, como ámbito generador de identidad castellana, como referente histórico y cultural de nuestra nación, como espacio vivo para la creación de modelos sociales más cooperativos y democratizadores, generadores de estructuras modernas, progresistas y transformadoras.
La situación del Medio Rural castellano
A lo largo del siglo XX, el medio rural castellano ha perdido más de 3 millones de habitantes, ha sufrido una emigración juvenil feroz, ha visto desmanteladas sus estructuras productivas, y padece un proceso de abandono, desertización y envejecimiento que cuestiona su futuro inmediato, y que amenaza dramáticamente las señas de identidad, el patrimonio y el medio natural de Castilla.
La red de infraestructuras viarias y de las comunicaciones en el medio rural castellano es arcaica, y la prestación de los servicios sociales, educativos y sanitarios se deteriora progresivamente. Así, la mayor parte de las comarcas rurales castellanas, presentan densidades comprendidas entre 2 y 10 h/km2, con porcentajes de mayores de 65 años superiores al 50%. La actividad agropecuaria está en crisis, y la destrucción de puestos de trabajo en el campo es creciente.
Mientras, las administraciones públicas castellanas, gobernadas por los partidos políticos centralistas, se muestran desinteresadas e incapaces para resolver la problemática de los casi 2.500.000 castellanos que residen en el ámbito rural. La comarcalización es un proceso de ordenación del territorio y de gestión de las políticas en el ámbito rural, basado en el reconocimiento del hecho comarcal como una realidad social, humana, geográfica, histórica, cultural y económica, básica para la aplicación de políticas que fijen la población y permitan la construcción de un modelo de desarrollo socioeconómico, sostenible, moderno y eficiente.
Los objetivos de la comarcalización
Por la desaparición de las Diputaciones provinciales
Las diputaciones provinciales en Castilla son un claro ejemplo de instituciones decimonónicas, ineficaces y caciquiles. Desde hace más de 150 años, asumen la responsabilidad de las políticas públicas en el ámbito rural y localidades inferiores a 20.000 habitantes. En Castilla-León y Castilla-La Mancha, manejaron el año 2000 presupuestos superiores a los 200.000 millones de pesetas, de los cuales más del 60% se dedicó a financiar su simple funcionamiento ordinario, incomprensiblemente centrado además en las capitales provinciales. Son instituciones, que se han demostrado ineficaces para solucionar los problemas del medio rural y las pequeñas localidades, con niveles de inversiones raquíticos, un funcionamiento democrático insuficiente, y gobernadas con criterios partidistas, caciquiles y generadoras de prácticas clientelares.
Alternativas económicas en el Medio Rural